Consulta

Los osteópatas examinamos todo el cuerpo, independientemente de los síntomas. Vemos el cuerpo humano como una unidad, no como un CONJUNTO DE sistemas aislados e independientes. En consecuencia, el tratamiento osteopático es global e incluye cuerpo, alma, emociones, factores ambientales, familia... Un médico generalmente pregunta sobre los síntomas de la persona enferma y los trata. Los osteópatas buscan la causa del problema. Te preguntas: ¿Por qué sucedió algo? ¿Por qué el cuerpo reaccionó de esta manera? ¿Por qué el dolor o malestar se manifestó de esta manera? En osteopatía, las causas y los desencadenantes de una enfermedad se ven de forma independiente. En el caso de problemas de rodilla o cadera, la causa puede estar, por ejemplo, en los intestinos o en la vejiga, en el caso de dolores de cabeza en el estómago o el hígado...

El objetivo de nuestro tratamiento osteopático es conocer las interrelaciones entre los diferentes sistemas corporales e identificar las causas de las debilidades físicas. Con el conocimiento adquirido, podemos manejarlos manualmente. Como regla general, se logra una rápida mejora en el estado general. Después de un cierto período de tiempo, que depende de las necesidades individuales y de las reacciones del cuerpo al tratamiento, se realizan más pruebas para determinar si las causas del problema realmente han desaparecido o si son necesarios más tratamientos. El tratamiento no está terminado hasta que se hayan eliminado las causas del problema. Deja la naturaleza actuar: El estado normal del ser humano es la salud, y todo lo demás es patológico. Después de cada tratamiento, el cuerpo necesita un “tiempo biológico” hasta que se haya recuperado y regenerado por completo, es decir, esté en (nuevo) equilibrio. Este proceso es individual y depende de varios factores (tabaquismo, estrés, ejercicio, alimentación...). Podemos además, recomendar medidas específicas que ayudan al paciente a prevenir futuras recurrencias y a mantener tanto el estado de salud como el bienestar general.